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Parque Pereyra en riesgo: Podría perder su título de Reserva de Biósfera
El sur del Gran Buenos Aires tiene su propio pulmotor natural que lo abastece de oxígeno y aire puro. Una barrera verde que hace de frontera entre la metrópolis superpoblada y el inicio de un ámbito amigable. Una selva marginal con bañados, humedales y pastizales pampeanos recostados sobre el Río de la Plata, hoy conocido como el parque Pereyra Iraola.
Éste enorme bosque de 10.248 hectáreas, se extiende desde la Rotonda de Alpargatas hasta Villa Elisa y desde el Río de La Plata hasta la Ruta Provincial N° 36, limitando con los municipios de La Plata, Berazategui, Ensenada y Florencio Varela. El presidente Juan Domingo Perón, hace 72 años, anunciaba su expropiación de las estancias San Juan y Santa Rosa, con el objetivo de "salvar este tesoro forestal y artístico estratégicamente implantado entre Buenos Aires y La Plata". Hoy en día, el parque depende del Ministerio de la Provincia, específicamente el de Desarrollo Agrario.
El área prospectada es bastante atípica debido a que un alto porcentaje de la misma está cubierto por bosques implantados con especies traídas desde otros continentes. El valor de los mismos radica en su antigüedad, en la variedad y en el valor paisajístico del conjunto. Además, en la actualidad, el parque cuenta con más de 132 especies forestales introducidas; flora autóctona; alberga una fauna variada, integrada aproximadamente por 25 especies de anfibios (como rana criolla, serpientes y sapo común), 30 de reptiles (como lagarto overo, tortugas y culebras); 292 especies de aves (picabuey, hornero y monjita blanca) y 42 de mamíferos (como el zorro gris, comadreja overa y gato montés).
Entre todos los árboles, se destaca el Agathis Alba, también conocido "árbol de cristal", una especie proveniente de Malasia caracterizada por destilar una resina en forma de "lágrimas" que en las noches de luna llena reflejan la luz de ésta generando la sensación de ser un árbol de cristal. Ubicado en la Estancia San Juan del parque, es el único ejemplar que sobrevivió de los 12 que se plantaron allí hace 150 años por Leonardo Pereyra Iraola.
Por si fuera poco, se suma un invaluable patrimonio arquitectónico, como la emblemática Casa Santa Rosa, la Capilla Santa Elena (caracterizada por su galería frontal y lateral, que recuerda a las iglesias de la región guaranítica), el Molino Holandés (donado por el gobierno de Holanda, a fines de los años 40); y destacadas actividades científicas.
En cuanto a su importancia medioambiental, Guillermina Libardoni, activista de la ONG Eco House La Plata, destacó que "cumple la función de amortiguación de inundaciones, oxígeno, y es una de las pocas reservas de la provincia." y, en agregado, afirmó que "la gran cantidad de bancos que hay en su lecho frenan el desplazamiento del agua y facilitan el depósito de sedimentos".
El Comité del Programa "El Hombre y la Biosfera", creado en el seno de la UNESCO, realizó una reunión entre los días 18 y 20 de septiembre de 2007 en la ciudad de París, para incorporar a la lista de "Reservas de la Biosfera Mundial" 23 lugares de todo el mundo, entre los que se encontraba el Parque Pereyra Iraola. Este rango compromete a las autoridades provinciales a poner bajo firme custodia los espacios que ocupa esta área internacional, con el objetivo de preservar la biodiversidad ante el avance de las edificaciones en la zona.
A pesar de esto, el parque hoy transita uno de sus peores momentos, encontrándose deteriorado, sin supervisión y a punto de perder el título de Reserva de Biosfera. Cabe aclarar, que las Reservas de Biósfera no son áreas protegidas en el sentido tradicional del término, sino que tienen como objeto esencial el conciliar la conservación de la diversidad biológica, la búsqueda de un desarrollo económico y social, y el mantenimiento de los valores culturales asociados.
En este sentido, para que se conserve la diversidad biológica se deben cumplir las siguientes pautas: la de conservación (flora y fauna), la del desarrollo (económico y humano) y apoyo logístico (a la investigación y monitoreo del medio ambiente). Sin embargo, Alba Ale, guardaparque inspector del Parque Pereyra, aseguró que "El parque está en estado de abandono, nada de lo que el parque tenía lo tiene hoy, y lo poco que tenía lo fue perdiendo, y hay cosas que si se pierden no se pueden volver a recuperar".
Al estar próximo a grandes conglomerados urbanísticos, es común ver acumulación de chatarra, basura, animales criados con desperdicios y terrenos usurpados, volviéndola una zona muy vulnerable. Los vertederos de desperdicios llegaron hasta el camino Centenario, entre Alpargatas y el arco de Villa Elisa; mientras que, en lo profundo del parque, se encuentran residuos de toda clase y se amontonan en medio de los troncos cortados producto de la tala clandestina de árboles añosos, lo que genera micro basurales a cielo abierto, que lo único que hacen es afectar la biodiversidad del lugar.
Por ende, entre distintas ONGs y vecinos, se coordinan para recolectar todo tipo de residuos y mejorar la realidad del lugar. "Hay un grupo de chicos de Berazategui que va a limpiar al menos dos veces a la semana el parque desde hace meses y aún así siempre hay mucha cantidad de residuos. Te metes en el bosque y te encontrarás más y más, es interminable", contó Guillermina, coordinadora de la agrupación.
En consecuencia, aún con el trabajo y sacrificio hecho por las distintas agrupaciones, no resulta suficiente, por lo que remarcan la importancia de no generar basurales en el lugar y así cuidar al parque entre todos. "En cuanto a las cosas con las que nos encontramos había seis cajas de televisores, restos de aparatos electrónicos y plásticos, ruedas de auto, una campera, un guante, un cráneo de animal, botellas, vidrios y hasta un bebé de juguete. En 45 minutos recolectamos alrededor de 70 bolsas de consorcio grandes llenas de residuos. Básicamente paramos porque se nos habían acabado las bolsas", agregó la integrante de Eco House.
El gran pulmón verde de la región se aleja cada vez más de un espacio recreativo, de descanso y protegido por la UNESCO como Reserva Natural.
De noche el panorama es todavía peor. Casi no hay luces de alumbrado público en los cortados de la ruta, lo que convierte al Parque Pereyra Iraola en un escenario potencialmente apto para diferentes hechos delictivos, que ya vienen sucediendo en los últimos años.

Según la Ley 25.675 "Ley General del Ambiente", se establecen presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la prevención y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable. La política ambiental argentina está sujeta al cumplimiento de los siguientes principios: de congruencia, de prevención, precautorio, de equidad intergeneracional, de progresividad, de responsabilidad, de subsidiariedad, de sustentabilidad, de solidaridad y de cooperación.
Sin embargo, el faltante de elementos, presupuesto y recursos necesarios para el cuidado del parque se repiten en miles de testimonios, entrevistas y fuentes. La situación es complicada y la falta de atención de las autoridades complica mucho más la tarea diaria de los guardaparques.
Del mismo modo, Alba Ale expresó que los guardaparques no cuentan con ningún apoyo del gobierno, y que si bien hasta la gestión pasada recibían algunos sustentos mínimos para el refuerzo alimentario y las cuestiones veterinarias para los caballos; el combustible y para la reparación de vehículos, hoy ni eso. Deberían brindarles una infinidad de recursos, además de los ya mencionados, entre ellos uniformes completos; insumos de limpieza y de seguridad e higiene; distintas maquinarias, como motosierras y motoguadañas; instrumental de trabajo, como prismáticos, drones, cámaras; etc.
El principal apuntado como responsable de todas estas problemáticas, es el Ministerio de Desarrollo Agrario, ente encargado del cuidado y mantenimiento del parque, a cargo de Javier Rodríguez, de quienes según Alba Ale, no recibieron absolutamente nada ¿No corresponde que habiéndose creado el Ministerio de Medio Ambiente el parque se encuentre en esa órbita, y no dentro de un organismo que no tiene relación y está ligado a la producción, desarrollo y explotación?
Asimismo, los integrantes de la Asamblea de la Reserva de la Biósfera del Parque Pereyra (grupo de personas que se organizan en defensa del parque) denuncian que el Ministerio de Desarrollo Agrario Bonaerense firmó un acuerdo con la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP para talar un sector de bosque. A pesar de las explicaciones que brindaron desde la cartera que conduce Javier Rodríguez, haciendo mención que es para la construcción de viviendas, vecinos y distintas organizaciones ambientales se encuentran en estado de alerta porque entienden que será el principio de un "ecocidio" y el ingreso de los desarrolladores inmobiliarios en uno de los pulmones verdes que tiene la región.
"El convenio establece que se van a talar tres hectáreas por año" afirman desde el Ministerio de Desarrollo Agrario, para "ordenar el lugar, limpiarlo, abrir caminos, porque en el último incendio que hubo en esa zona no pudieron llegar los autobombas porque no fue controlado el crecimiento del lugar por las gestiones anteriores".
Por otro lado, guardaparques y distintas ONGs, explicaron que es necesario hacer un estudio de impacto ambiental antes de tomar alguna decisión que pueda modificar la dinámica del ambiente del parque, y realizar un plan de manejo para saber donde se puede intervenir, ya que en una reserva hay zonas que son el núcleo más intangible, otras de uso moderado, y otras recreativas donde se puede explotar. Sin embargo, especificaron que esto no está definido en ninguna clasificación, no se hicieron tales estudios, tampoco les fue informado a los guardaparques y requiere de una audiencia pública.
Además, desde las ONGs recalcan que no es sostenible porque solo tiene en cuenta el valor social. El desarrollo sostenible es tener en cuenta tanto lo económico, como lo social y lo ambiental, al mismo nivel.
La situación es realmente preocupante. A pesar de los esfuerzos realizados por las ONGs, asambleístas, guardaparques y vecinos de la zona, es inminente que se pierda el título de Reserva. El pedido de ayuda es claro y exige respuestas de carácter urgente.
De momento, no hay intenciones o medidas a futuro, por parte del Ministerio de Desarrollo Agrario y otros sectores, que busquen ir a favor de la conservación del parque. Sino, todo lo contrario, existen indicios de la posible construcción de una autopista y la realización de convenios para la inminente construcción de viviendas.
No se tiene en cuenta que, en el medio, hay un parque que está sufriendo y que está a punto de dejar de ser lo que es, uno de los patrimonios más importantes que tenemos en la región, que pide a gritos su cuidado y protección.
"Enseñar a cuidar el medio ambiente es enseñar a valorar la vida"